El Regreso a la Democracia: la Carta Democrática Interamericana.
AUTOR: AMADOR FERNANDEZ DEL AGUILA.
El Regreso a la Democracia: la Carta Democrática
Interamericana.
La
relación entre la Carta Democrática y la Corte Interamericana es intrínseca;
ambas buscan consolidar un entorno en el que la democracia y los derechos
humanos sean mutuamente reforzantes. Mientras la Carta establece un marco
normativo para la acción democrática, la Corte proporciona los mecanismos
legales necesarios para abordar violaciones y garantizar la justicia, creando
así un sistema interamericano más robusto y comprometido con la dignidad
humana. Esta sinergia es esencial para enfrentar los desafíos contemporáneos
que afectan la democracia en la región y para promover un futuro más justo y
equitativo.
Salas
Cruz, A. (2014) el objetivo principal de este apartado es el de proporcionar un
panorama sintético del proceso de creación y confección de la CDI, favoreciendo
la descripción de los actores que participaron en su elaboración y las fases
que tuvieron que sucederse para concluir el proyecto definitivo, con la
intención de conocer de mejor forma el origen de esta norma internacional y, a
partir de ahí, explicar sus alcances. Para alguien poco acostumbrado a los
mecanismos de toma de decisiones en organizaciones internacionales, así como de
los procedimientos adoptados para la elaboración de documentos normativos,
resulta un tanto complicada la tarea de entender y ordenar el itinerario o
fases que deben seguirse para tales fines. A primera vista, la OEA se muestra
como una forma organizativa jerárquica, semejante a la del Estado, donde las
relaciones están regidas principalmente por dos paradigmas. El primero se
refiere a la unidad, es decir, entre sus órganos u organismos no existe
separación, son parte de la misma persona; y, el segundo, tiene que ver con la
subordinación.
Según Insulza, J. M. (1990). Los años del retorno a la democracia en América del Sur coincidieron con la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría y la democratización de Europa Oriental. Luego concluyeron las guerras internas en Centroamérica y los procesos de paz impulsaron el establecimiento de regímenes democráticos. Y, casi simultáneamente, ingresaron a la Organización de los Estados Americanos, Canadá y la mayor parte de los Estados del Caribe que se habían mantenido por fuera. Por primera vez, los Estados de América se ponían de acuerdo para defender sus democracias y reaccionar de manera conjunta ante situaciones de riesgo que pudieran poner en peligro su continuidad. Este compromiso regional con la democracia se profundizó hasta culminar en la aprobación por unanimidad de la Carta Democrática Interamericana (CDI), el 11 de septiembre de 2001, en una sesión especial de la Asamblea General de la OEA en Lima, Perú. La Carta Democrática es un manifiesto de afirmación y de reconocimiento colectivo de la democracia representativa como único régimen político de gobierno legítimo en las Américas. Superado el difícil período de dictaduras y de conflictos armados, se inició un proceso de construcción de consensos en torno a la importancia y el valor de la democracia como forma de gobierno, de Estado y de sociedad. La Carta logró plasmar en su texto una definición amplia de democracia. Presenta una serie de elementos esenciales de la democracia representativa y componentes fundamentales del ejercicio de la democracia. Al incluirlos, la Carta Democrática trasciende la idea de democracia electoral e incorpora no sólo el origen democrático del poder sino también su ejercicio. Democracia no sólo significa ser elegido democráticamente sino también gobernar democráticamente. La Carta Democrática representa un manifiesto colectivo que afirma la democracia representativa como el único régimen político legítimo en las Américas. Tras superar un periodo complicado de dictaduras y conflictos armados, se inició un proceso de consenso sobre la relevancia y el valor de la democracia como forma de gobierno, Estado y sociedad. La Carta establece una definición amplia de democracia, incluyendo elementos esenciales y componentes fundamentales del ejercicio democrático. De esta manera, va más allá de la mera idea de democracia electoral, abarcando no solo el origen democrático del poder, sino también su ejercicio. Así, la democracia implica no solo ser elegido de manera democrática, sino también gobernar de manera democrática.
La Carta Democrática es un manifiesto de afirmación y de reconocimiento colectivo de la democracia representativa como único régimen político de gobierno legítimo en las Américas. Superado el difícil período de dictaduras y de conflictos armados, se inició un proceso de construcción de consensos en torno a la importancia y el valor de la democracia como forma de gobierno, de Estado y de sociedad. Ese consenso se profundizó aún más tras situaciones desestabilizadoras que sufrieron varias democracias incipientes en sus primeros pasos. La Carta Democrática Interamericana puede ser considerada como el cenit de ese consenso regional; consagra el compromiso colectivo de mantener y fortalecer la democracia en las Américas. La Carta logró plasmar en su texto una definición amplia de democracia. Presenta una serie de elementos esenciales de la democracia representativa y componentes fundamentales del ejercicio de la democracia. Al incluirlos, la Carta Democrática trasciende la idea de democracia electoral e incorpora no sólo el origen democrático del poder sino también su ejercicio. Democracia no sólo significa ser elegido democráticamente sino también gobernar democráticamente.
CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y EL MECANISMO DE SEGUIMIENTO DE LA IMPLEMENTACIÓN DE LA CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN (M ES I CI C).
La Convención Interamericana contra la Corrupción, aprobada en Caracas, Venezuela, en marzo de 1996, constituye el primer instrumento jurídico internacional en este campo, que reconoce la trascendencia internacional de la corrupción y la necesidad de promover y facilitar la cooperación entre los Estados para combatirla.
El Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción (MESICIC)
Es un instrumento de carácter intergubernamental establecido en el marco de la OEA para apoyar a los Estados que son parte del mismo en la implementación de las disposiciones de la Convención. El MESICIC entró en funcionamiento en 2002, un año después de la aprobación de la Carta Democrática Interamericana. El mismo puede ser considerado como un instrumento clave para el acompañamiento de los Estados Miembros en sus esfuerzos por promover y garantizar la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad y responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública. Insulza, J. M (1990).
La
Carta Democrática Interamericana representa un hito en el fortalecimiento de la
democracia en América Latina, estableciendo principios claros para la
protección y promoción de la democracia en la región. Su implementación refleja
un compromiso colectivo entre los Estados miembros de la OEA para garantizar el
respeto a los derechos humanos, la participación ciudadana y la gobernabilidad
democrática. A través de mecanismos de diálogo y cooperación, la Carta busca
prevenir crisis democráticas y fomentar un entorno de paz y desarrollo. Sin
embargo, su efectividad depende de la voluntad política de los gobiernos y la
participación activa de la sociedad civil, lo que subraya la necesidad de un
compromiso continuo con los valores democráticos en toda la región.
¿CUÁL FUE EL CONTEXTO HISTÓRICO Y POLÍTICO EN EL QUE
SURGIÓ LA CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA?
Los años del retorno a la democracia en América del Sur coincidieron con la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría y la democratización de Europa Oriental. Luego concluyeron las guerras internas en Centroamérica y los procesos de paz impulsaron el establecimiento de regímenes democráticos. Y, casi simultáneamente, ingresaron a la Organización de los Estados Americanos, Canadá y la mayor parte de los Estados del Caribe que se habían mantenido por fuera. Por primera vez, los Estados de América se ponían de acuerdo para defender sus democracias y reaccionar de manera conjunta ante situaciones de riesgo que pudieran poner en peligro su continuidad. Este compromiso regional con la democracia se profundizó hasta culminar en la aprobación por unanimidad de la Carta Democrática Interamericana (CDI), el 11 de septiembre de 2001, en una sesión especial de la Asamblea General de la OEA en Lima, Perú. La Carta Democrática es un manifiesto de afirmación y de reconocimiento colectivo de la democracia representativa como único régimen político de gobierno legítimo en las Américas. Superado el difícil período de dictaduras y de conflictos armados, se inició un proceso de construcción de consensos en torno a la importancia y el valor de la democracia como forma de gobierno, de Estado y de sociedad. La Carta logró plasmar en su texto una definición amplia de democracia. Presenta una serie de elementos esenciales de la democracia representativa y componentes fundamentales del ejercicio de la democracia. Al incluirlos, la Carta Democrática trasciende la idea de democracia electoral e incorpora no sólo el origen democrático del poder sino también su ejercicio.
¿QUÉ PAÍSES DE AMÉRICA LATINA HAN RECURRIDO A LA CDI Y EN QUÉ CIRCUNSTANCIAS? ¿CÓMO SE HA ACTIVADO LA CARTA EN ESTOS CASOS?
Haití
En 1991, Haití recurrió a la Carta Democrática
Interamericana, ya que el presidente Jean-Bertrand Aristide fue derrocado en un
golpe de Estado militar, lo que llevó a una crisis política y humanitaria
significativa. La Organización de los Estados Americanos (OEA) respondió
rápidamente invocando la Carta Democrática Interamericana para restaurar el
orden democrático, se implementaron sanciones diplomáticas y económicas, y se
trabajó en estrecha colaboración con las Naciones Unidas para aislar al régimen
golpista.
Perú
En 1992, el presidente Alberto Fujimori disolvió el
Congreso y suspendió la Constitución en un autogolpe de Estado el 5 de abril de
19921. Este acto generó una crisis política significativa y una fuerte reacción
a nivel nacional. La Organización de los Estados Americanos (OEA) intervino,
invocando los principios de la Carta Democrática para restaurar el orden
democrático. La OEA condenó el autogolpe. Además, se implementaron sanciones
diplomáticas y se realizaron gestiones diplomáticas intensivas para mediar en
la crisis.
El 12 de octubre de 2022, el presidente Pedro Castillo
solicitó la activación de la Carta Democrática Interamericana debido a lo que
consideraba una amenaza a la institucionalidad democrática del país. Requirió
de los artículos 17 y 18 de la Carta Democrática, argumentando que había una
sucesión de hechos y situaciones por parte del Poder Legislativo, el Ministerio
Público y otros órganos constitucionales que estaban alterando el orden
democrático en Perú. La OEA respondió convocando una sesión extraordinaria del
Consejo Permanente para analizar la situación y evaluar las medidas necesarias
para preservar la democracia en el país.
Guatemala
En 1993, Guatemala recurrió a la Carta Democrática cuando
el presidente Jorge Serrano Elías intentó un autogolpe de Estado, disolviendo
el Congreso y la Corte Suprema, y suspendiendo la Constitución. Este acto
generó una crisis política significativa y una fuerte reacción. La Organización
de los Estados Americanos (OEA) intervino rápidamente, invocando la Carta
Democrática Interamericana para restaurar el orden democrático. La OEA condenó
el autogolpe y envió una misión especial a Guatemala para mediar en la crisis.
Gracias a la presión internacional y a las gestiones diplomáticas de la OEA,
Serrano Elías fue obligado a renunciar y el orden constitucional fue
restaurado.
En noviembre de 2020, el presidente Alejandro
Giammattei invocó la Carta Democrática Interamericana debido a los gravísimos
sucesos ocurridos en el país, incluyendo protestas masivas y la quema del
Congreso por manifestantes. En diciembre de 2023, la OEA aplicó la Carta
Democrática en respuesta a lo que describió como acciones contra el estado de
derecho que ponían en riesgo la transición democrática. Esto incluyó la emisión
de órdenes de arresto y el intento de retirar la inmunidad al presidente
electo. La OEA aprobó una resolución que invocaba el artículo 18 de la Carta
para solicitar una visita de buenos oficios por parte del presidente del
Consejo Permanente y el secretario general de la OEA.
Paraguay
En junio de 2012, el presidente Fernando Lugo fue
destituido por el Congreso en un juicio político rápido, lo que generó
controversia y fue visto por muchos como una ruptura del orden democrático. La
OEA, a través de la Carta Democrática Interamericana, intervino para evaluar la
situación. La destitución de Lugo fue condenada por varios países de la región,
y la OEA envió una misión para investigar y promover el diálogo. La OEA convocó
reuniones extraordinarias y envió una misión de observación a Paraguay. Aunque
no se aplicaron sanciones severas, la situación llevó a un debate sobre la
efectividad de la Carta Democrática y la necesidad de mecanismos más robustos
para proteger la democracia en la región.
Venezuela
En 2016 el secretario general de la OEA, Luis Almagro,
invocó la Carta Democrática Interamericana debido a la “alteración del orden
constitucional” en Venezuela. Esta acción fue motivada por la crisis económica,
la escasez de bienes básicos, y las restricciones a la Asamblea Nacional,
controlada por la oposición. También en 2017 la OEA continuó sus esfuerzos para
aplicar la Carta Democrática Interamericana en respuesta a la crisis política y
humanitaria en Venezuela, incluyendo la falta de separación de poderes y la represión
de manifestaciones. Nuevamente en 2019 la Asamblea Nacional de Venezuela,
liderada por la oposición, solicitó formalmente la aplicación de la Carta
Democrática Interamericana debido a la crisis política y la falta de
legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.
Honduras
El golpe de Estado del 28 de junio de 2009, el presidente Manuel Zelaya fue depuesto y expulsado del país por las fuerzas armadas. Este evento fue ampliamente condenado por la comunidad internacional y llevó a la invocación de la Carta Democrática Interamericana. La OEA, bajo la Carta Democrática, suspendió a Honduras de la organización debido a la ruptura del orden democrático. La OEA tomó varias medidas, incluyendo reuniones extraordinarias y la visita del secretario general al país. A pesar de estos esfuerzos, el golpe no se revirtió inmediatamente, y las sanciones y la suspensión de Honduras continuaron hasta que se restableció el orden democrático con la elección de Porfirio Lobo como presidente en noviembre de 2009.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES QUE ESTABLECE LA CARTA PARA PROTEGER LA DEMOCRACIA?
1. El
respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
2. Las
elecciones periódicas, libres y justas.
3. La
transparencia, probidad y respeto por los derechos sociales.
4. El
ejercicio del poder sobre la base del estado de derecho.
5. El sistema plural de los partidos y organizaciones políticas, separación e independencia de los poderes públicos.
6. La
eliminación de todas las formas de discriminación.
El derecho y deber de todos los ciudadanos de participar en decisiones relativas a su propio desarrollo.
¿QUÉ MECANISMOS ESTABLECE LA CDI PARA RESTAURAR LA DEMOCRACIA EN LOS PAÍSES MIEMBROS?
1. Diálogo político: Este es el primer paso y se considera fundamental. Implica un intercambio abierto y sincero entre los Estados miembros, la OEA y otros actores relevantes para identificar los problemas y buscar soluciones conjuntas.
1. Misiones de observación electoral: La OEA puede enviar misiones para observar los procesos electorales y emitir informes sobre su desarrollo. Estas misiones ayudan a garantizar la transparencia y la legitimidad de las elecciones.
1. Mecanismo de seguimiento: A través de este mecanismo, la OEA puede monitorear de manera continua la situación democrática en los países miembros y activar alertas tempranas en caso de riesgo.
1. Asesoramiento técnico: La OEA puede brindar asistencia técnica a los países miembros en áreas como la reforma electoral, el fortalecimiento institucional y la promoción de los derechos humanos.
1. Aplicación de la Carta Democrática: En casos extremos, cuando se considera que la democracia está en grave riesgo, la OEA puede activar el mecanismo de aplicación de la Carta. Esto puede implicar la suspensión del país miembro de la OEA o la imposición de sanciones.
¿CÓMO SE PUEDE EVALUAR LA EFECTIVIDAD DE LA CDI EN EL CONTEXTO ACTUAL?
· Prevención de crisis: La CDI ha logrado prevenir algunas crisis políticas y ha permitido una respuesta más temprana y coordinada ante situaciones de riesgo. Sin embargo, la frecuencia y gravedad de las crisis en la región sigue siendo un desafío.
· Restauración de la democracia: La CDI ha sido utilizada como herramienta para restaurar la democracia en algunos países, a través de misiones de observación electoral, asistencia técnica y medidas de acompañamiento. No obstante, el éxito de estos procesos ha sido variable y depende de diversos factores internos y externos.
· Fortalecimiento institucional: La CDI ha contribuido a fortalecer las instituciones democráticas en algunos países, promoviendo la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos y el Estado de derecho. Sin embargo, los avances han sido desiguales y dependen de la voluntad política de los gobiernos.
REFRENCIAS BIBLIOGRÀFICAS:
Salas
Cruz, A. (2014). La Carta Democrática Interamericana y la Corte Interamericana
de Derechos Humanos. Cuestiones
Constitucionales, (31), 125-150. Ciudad de México. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-91932014000200007
Insulza,
J. M. (2000). Décimo
aniversario de la Carta Democrática Interamericana: Un compromiso hemisférico
con la democracia. Organización de los Estados Americanos. https://www.oas.org/docs/publications/decimo%20aniversario%20de%20la%20carta%20democratica%20interamericana.pdf
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